Cuando sientes que estás creando un hogar idílico con tus propias manos

Conectando con lo más primitivo del ser humano

Manos a la obra

No será fácil hacer comprender que lo más básico para el ser humano son el techo y el alimento, lo demás queda en un segundo plano. Ambos pueden ser creados por nuestras propias manos y con materiales muy accesibles gracias a la madre tierra. Esta es la premisa sobre la que se asienta todo el proyecto de Utopía, ya explicado en el primer diario del blog.

Como decía Gandhi: “ sé el cambio que quieres ver en este mundo”, dicho y hecho. Predicando con el ejemplo, he ido elaborando a lo largo de dos intensos años, el conjunto de edificaciones, con la ayuda de mi hermano en la parte técnica, de herramientas y maquinaria pero acumulando en mis propias manos y espalda el mayor número de horas.

Pocos fueron los días de descanso, ni domingos ni festivos, la causa lo merecía. En cierta manera me sentía como Smeagol, poseído por un misión que me absorvía toda la energía y tiempo. Tan sólo salía para visitar eventos y ferias que tuviesen que ver con el proyecto, es decir, donde encontrar más material en forma de objetos y muebles antiguos, y oficios que involucrar. Era una gran satisfacción volver a casa con nuevos enseres, sábanas bordadas o algún nuevo contacto con el que diseñar algo creativo.

Cada día era parecido al anterior aunque con sus diferentes facetas paralelas. Unas veces tocaba poner barro, otras atornillar tablas, hacer masas de cal con paja y arena, o bien pelar la corteza de vigas de 6 metros. Sea cual fuera, paralelamente la cabeza seguía de modo incesante trayendo nuevas ideas y posiblidades. Así cada jornada se veía interrumpida por llamadas, mensajes y multiples gestiones a resolver, sin yo apenas saber de temas constructivos.

A un tiempo era constructor, administrador de cuentas, gestor, diseñador, creador…y lo que hiciera falta. El gasto de energía era enorme. Siendo este un claro ejemplo de que cualquiera lo puede llevar a cabo, legislación mediante.

El inicio real de todo, sin yo saberlo, fue en 2019. En aquel tiempo comencé a realizar cursos de bioconstrucción, siendo el último en el 2021. Un año creando una casa similar a las aquí presentadas. La principal diferencia es que en Casiñas A Comarca, ha ganado protagonismo el trabajo a manos desnudas, sin guantes. El sentir el material (barro, paja, madera…cal) y aplicarlo creando curvas sinuosas lo ha convertido en un trabajo muy sensual. Obviamente esa labor ha pasado factura, sobre todo en formas de numerosas heridas.

De alguna manera era como volver a épocas pasadas, cuando el ser humano estaba conectado con la naturaleza. Recuperar ese lado primitivo con la esencia de la vida. Insisto, crear tu propio hogar con tus manos desnudas y con materiales accesibles.

Volviendo a la cruda relidad, lo más arduo curiosamente fue el papeleo absurdo, que si proyecto de arquitecto, permisos varios, plazos abusivos, requisitos incomprensibles…pero la causa lo valía.

En tiempo se podría decir que el papeleo duró sobre un año y la obra un año y medio. No fue mucho pensando en que fueron 4 casitas y en modo autoconstrucción. Un modelo a copiar y mejorar por parte de quienes se sientan inspirados por este proyecto

Variado es el público que se sienta atraído en visitar Casiñas A Comarca. No sólo los fans de Tolkien se sentirán atraídos, sino también los amantes de la bioconstrución, de lo artístico, de la naturaleza y todo lo natural en definitiva.

Estad atentos a próximos eventos de oficios abiertos al público.

David Valsón